Todos estamos viviendo el mismo viaje, no hay un antes ni un después, solo hay un eterno ahora.
En este eterno ahora hay infinitas realidades, vidas, tiempos y espacios; consciencia y niveles de conciencia.
Los grandes maestros conocidos en nuestra realidad, en nuestra historia, nunca se han ido.
Ellos están aquí presentes en esta vasta consciencia, tal vez en esta misma realidad, tal vez con otro nombre, con otro cuerpo, con otra experiencia de vida.
¿Quien dice que hoy es el futuro del ayer?
o ¿Qué el ayer es el pasado? o ¿qué mañana es el futuro?
Todo sucedió en un instante, con una pregunta del tipo ¿Cómo sería ser no ser....? y el tiempo se abrió y se cerró en respuesta, el Alfa y el Omega, el principio y el fin.
En esta apertura temporal, en este instante todo sucedió al unísono. El universo se mostró en todas sus posibilidades, vidas y existencias, todo circular, todo eterno, todo ahora.
y en esta infinitud ¿Quién es el Maestro y quién es el alumno?
Los que vinieron antes también están ahora y lo estarán también mañana.
La separación es una ilusión, el gran juego del ego.
Hemos estado siempre unidos, nutriéndonos en la misma consciencia, formando parte del todo, sin tiempo, sin espacio, en la eternidad del Ser.
¡Que el hombre no separe lo que Dios ha Unido! Amén.
EL DESPERTAR DE LA CONSCIENCIA
En el post anterior dije que son cuatro los principales estados de aprendizaje por los que tendremos que pasar en nuestro camino de regreso a Dios. Todo el mundo pasará por los cuatro, y todos los que progresen en estos niveles, en ocasiones retrocederán y avanzarán inesperadamente entre ellos.
El primer estado es el estado de todo el universo, este estado es el dualismo o conciencia dual.
Para los que creen en Dios les puede parecer que hay dos mundos, el mundo de Dios y el mundo del hombre. En el mundo del hombre crees que hay
un sujeto -tú- y un objeto, a saber, todo lo demás. Esta actitud ha quedado
bien expresada en el modelo de la física newtoniana. Se cree que los objetos que constituyen nuestro mundo existen separados de nosotros.
La actitud hacia Dios que acompaña en esta etapa de aprendizaje es que
Él está en alguna parte fuera de ti aparentemente
separados el uno del otro.
Dios, Quien en verdad es real, parece distante e
ilusorio.
El mundo, que en verdad es ilusorio, parece inmediato y real. Tu mente que aparentemente se ha dividido, se separó de su casa como
el Hijo Pródigo y ha asignado inconscientemente a Dios las mismas cualidades que ella posee.
Cabe destacar que la mayor parte de esto es inconsciente, lo que
significa que parece existir allí fuera en el mundo, en lugar de existir en nuestra propia mente dividida.
Por eso Dios es considerado al mismo tiempo como un Dios
compasivo e iracundo. Es al mismo tiempo amoroso y un asesino, dependiendo aparentemente
de Su estado de ánimo.
Ésta puede ser una buena descripción del conflicto de la
mente dualista, pero difícilmente sea una descripción de Dios. Es casi
innecesario añadir que todo esto conduce a una serie de paradojas
incontrolables, incluyendo la extraña noción de que Dios ordena a determinada
gente que mate a otros con el propósito de adquirir ciertas tierras y
posesiones, o para revelar a todos cierta versión de la justicia o de la
verdadera religión. La absurda tragedia de la dualidad es considerada normal
por todas las sociedades modernas, que están locas de atar. (Renard, 2003).
La siguiente actitud de aprendizaje por la que pasaremos durante nuestro regreso a Dios, suele ser denominada semidualismo. en esta etapa la mente empieza a aceptar ciertas ideas verdaderas.
Una de las ideas que la mente aceptaría en esta etapa es el
concepto de que Dios es Amor. En esta etapa aparecen cuestionamientos del tipo si Dios es Amor, ¿puede también odiar? Si Dios es verdaderamente Amor
perfecto, ¿puede cometer errores? Si Dios es creador, ¿podría mostrarse
vengativo con aquello que Él mismo ha creado?
Cuando se ve con claridad que la respuestas a estas
preguntas es por supuesto que no, queda abierta una puerta que había estado
cerrada durante mucho tiempo. Tu mente comienza a perder parte de su oculto pero terrible miedo a Dios. Ahora Dios resulta
menos amenazador.
Sigues pensando que eres un cuerpo, y tanto Dios como el
mundo siguen pareciendo que están fuera de ti, pero ahora sientes que Dios no
es la causa de tu situación. Empiezas a darte cuenta que el que siempre ha estado presente en las situaciones difíciles has sido tú, pues el Perfecto Amor sólo puede ser responsable de lo bueno. De modo que
todo lo demás debe venir de alguna otra parte.
El tercer paso de aprendizaje es el no dualismo, tanto si
estamos hablando de una actitud de aprendizaje como de una visión espiritual,
siempre nos estamos refiriendo a un estado de la mente: una actitud interior, y
no algo que se vea en el mundo, con los ojos del cuerpo.
Hay un viejo acertijo que pregunta: Si un árbol se
cae en medio del bosque y no hay nadie allí para oírlo, ¿sigue haciendo ruido?.
El árbol emite ondas sonoras. Las ondas sonoras, como las ondas de radio -y en
realidad las ondas energéticas de todo tipo-, necesitan ser captadas por un
receptor. Hay muchas ondas de radio que inundan esta habitación en este
momento, pero no hay sonido porque no hay un receptor sintonizado con ellas.
El
oído humano y el animal son receptores. Si un árbol cae en medio del bosque, y
no hay nadie allí para oírlo, no hace ningún ruido. El sonido no es sonido
hasta que lo oyes, del mismo modo que la onda energética no parece materia
hasta que la ves o la tocas.
Para que cualquier
cosa pueda interactuar necesitamos la dualidad. Sin dualidad, no
hay nada con lo que interactuar. No puede haber nada en el espejo sin una
imagen delante del espejo, asociada a un observador que lo percibe. Sin dualidad
no hay árbol en el bosque. y no solo no hay árbol, tampoco hay un universo si tu no estás para percibirlo. Como saben algunos físicos cuánticos, la dualidad no es real.
Para fabricar la
ilusión de la existencia, tienes que tomar la unicidad y dividirla
aparentemente, y eso es precisamente lo que hemos hecho. Todo es un truco.
El
concepto de unidad no es muy original. Pero te has preguntado ¿Con qué somos realmente uno?.
Aunque la mayoría de aquellos que nos planteamos esta pregunta diríamos que la respuesta es Dios, a continuación pasamos a cometer el error de suponer que nosotros y este universo fuimos creados en su forma
presente por lo Divino y eso no es cierto. En este punto se logrará una
posición en la que se domine la mente, pero todavía no
alcanzaremos a Dios de manera permanente.
Se lograra la unidad con la mente que
fabrica las ondas de la dualidad. Esta mente, que se encuentra en un no-lugar
que transciende todas nuestras dimensiones, está completamente fuera del
sistema del tiempo, el espacio y la forma. Es lo que los científicos nombran como el campo cuántico o campo unificado, pero no es Dios.
Ahora viene el último paso que se produce
cuando la mente, que es la hacedora de la ilusión, elige ir en
contra de sí misma y a favor de Dios.
Te tienes que dar cuenta que tu mismo no existes en ningún otro nivel que el
del puro espíritu y eso es algo que prácticamente ninguno de nosotros quiere
saber, porque implica la
renuncia a la individualidad o a la identidad personal.
Cuando
hablamos de regresar a la realidad y a Dios estamos diciendo que no puedes
tenerte a ti mismo y a Dios. Tendrás que elegir. Tendrás
miedo de perder tu identidad, pero en realidad estás renunciando a nada a
cambio de todo.
Ahora te das cuenta de que en
realidad no existe tal cosa como sujeto y objeto, sólo existe unidad.
La mente retorna a Él. La mente es ahora una mente advaita, no-dual y este es un paso necesario del camino, porque has aprendido que en
realidad no puedes separar una cosa de cualquier otra cosa, y tampoco puedes
separar ninguna cosa de ti.
Esta idea está bien expresada en los modelos de la física
cuántica.
La física newtoniana sostenía que los objetos eran reales, que eran
externos a ti y llevaban una existencia separada. La física cuántica demuestra
que esto no es verdad. El universo no es lo que asumes que es. Todo lo que
parece existir es realmente pensamiento inseparable. Ni siquiera puedes
observar algo sin producir un cambio a nivel subatómico. Todo está en tu mente,
incluyendo tu propio cuerpo.
El no-dualismo puro reconoce la autoridad de Dios
completamente. Afirma que cualquier cosa que venga de Dios debe ser exactamente
como Él.
Dios no podría crear algo que no fuera perfecto, porque de otro modo
Él no sería perfecto. Si Dios es
perfecto y eterno, entonces, cualquier cosa creada por Él también
tiene que ser perfecta y eterna.
Como evidentemente no hay nada en este mundo que sea
perfecto y eterno, el mundo termina siendo solo ilusión, es nada.
Dios
es Amor Perfecto, entonces Él no es nada más. Nosotros somos el Amor de
Dios y llegaremos a saber y a experimentar que Dios no está fuera de nosotros.
Ya no nos identificaremos con un cuerpo vulnerable ni con nada que pueda ser limitado. Aprenderemos,
que nuestra verdadera realidad como puro espíritu es eternamente invulnerable.
"La experiencia del hombre es una ilusión óptica de su
conciencia" (Albert Einstein)
En la próxima entrada profundizare mas sobre el proceso de individuación y la formación del ego. Como de la totalidad pasamos a la dualidad en este proceso.
Fuentes:
Interior, F. p. (1988). Un Curso de Milagros.
Mill Valley, CA: Fundación para la Paz Interior.
Renard, G. (2010). La desaparición del Universo. Barcelona: el grano de mostaza.
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