miércoles, 4 de septiembre de 2019

LA FORMACIÓN DEL EGO, LA PERSONA Y LA SOMBRA



FORMACIÓN DEL EGO


En la entrada anterior dijimos que cuando respondemos a la pregunta ¿quien soy? trazamos una línea o límite mental, y todo lo que queda dentro de ese límite se percibe como "yo mismo" y todo lo que está por fuera del límite queda excluido. Uno llega a percibir "soy esto y no aquello" mediante el procedimiento de trazar una línea limítrofe, para después reconocer su identidad con "esto" y no con "aquello".

La primera línea que trazamos es la de la piel, todo lo que está dentro de la piel soy yo, mientras que todo lo que está fuera no. Pero hay otro límite mucho más significativo que muchos individuos trazan, entre lo que uno "es" y "no es", y es en el interior mismo de su organismo (mente y cuerpo), lo que hace que el individuo se identifique con una sola faceta de su organismo, con una imagen mental de si mismo el Ego. (Wilber,1984).

Biológicamente no hay explicación o fundamento para esta disociación entre la mente y el cuerpo, la psique y el soma, o el ego y la carne. Es una epidemia psicológica.

Por una parte, y durante toda la vida, el cuerpo es fuente de placeres, por medio de los sentidos podemos apreciar los mas bellos atardeceres, degustar las delicias de una buena cocina, o sentir el éxtasis del amor erótico. Pero por otra parte el cuerpo también es fuente de dolor o enfermedad.




Para un niño de dos o tres años. el cuerpo es la única fuente de placer pero también es la primera fuente de dolor y de conflicto con los padres. Además el cuerpo fabrica continuamente desechos, que por razones que el niño no entiende en absoluto, son una fuente de alarma y ansiedad para los padres, ejemplo: mojar la cama, los movimientos del vientre, sonarse la nariz, etc todo es motivo de alarma y todo se relaciona con el cuerpo.

Finalmente en la madurez el individuo ya se ha despedido del cuerpo, quedando afuera del límite entre lo que es y no es. Se traza la frontera entre la mente y el cuerpo de tal forma que el individuo llega a tener la sensación de vivir dentro de la cabeza.

Siente que es un yo, un ego y que por debajo de él cuelga su cuerpo.




LA PERSONA Y LA SOMBRA


A los dos o tres años de edad toda nuestra psique irradia energía. Un niño corriendo es una esfera de energía. 

Un buen día escuchamos a nuestros padres decir cosas como: ¿puedes estarte quieto de una vez? o ¡deja de fastidiar a tu hermano!. Ese día descubrimos que ciertos aspectos de nuestra personalidad le molestan a nuestros padres y entonces para seguir siendo "merecedores"  de su amor, comenzamos a reprimir, y escindir estos aspectos que les desagradan. Imagínate que es como si los guardáramos dentro de una bolsa  (inconsciente). 

Ahora hemos reducido mas el límite entre lo que "es" y "no es" de manera que solo le damos cabida a ciertas partes del "yo". Esta imagen mas reducida es a lo que llamamos PERSONA (máscara) y a los aspectos no aceptados (los que fueron a la bolsa es decir el inconsciente) lo llamamos SOMBRA.

Para cuando llegamos a la edad escolar esta bolsa  ya es bastante grande y entonces llegan los maestros que te dicen cosas como: "los niños buenos no se enfadan", "no gritan", "se callan", "no lloran"...de modo que mandamos a la bolsa es decir, pasan a la sombra, nuestra ira, nuestra necesidad de expresión, tristeza y etc, etc, etc...

En la adolescencia nuestro lastre sigue creciendo porque ahora no son solamente los adultos quienes nos oprimen, sino que también son nuestros mismos compañeros los que lo hacen, porque hay que encajar en un tipo o clase de imagen social o moda.

La adolescencia representa para el individuo la culminación de la formación del ego. 

Al llegar a los veinte años ya no queda nada de esa Esfera de energía que éramos de niños, apenas nos queda una rebanada,  pues el resto de la energía está en la bolsa, es decir en nuestra sombra.

La sombra personal se desarrolla en todos nosotros de manera natural. Cuando nos identificamos con determinados rasgos ideales de nuestra personalidad como la buena educación, las buenas costumbres, la bondad, por ejemplo y vamos desterrando aquellas cualidades que no se adecuan a nuestra imagen ideal, como el egoísmo, las groserías, la ira, etc. 

Son muchas las fuerzas que ayudan a la formación de nuestra sombra y determinan lo que está permitido o no. Los padres, los parientes, los maestros, los amigos, los sacerdotes.

Cada cultura, cada familia, demarca de manera diferente lo que corresponde a la persona y lo que corresponde a la sombra. Algunas permiten la expresión de la ira y la agresividad mientras que la mayoría no, otras consienten la ambición por el dinero, la expresión artística o el desarrollo intelectual, mientras que otras en cambio a penas si lo toleran. 

En todo caso, todos los sentimientos y capacidades rechazados por el ego y desterrados a la sombra, alimentan el poder del lado oscuro de la naturaleza humana. 

No todos ellos son rasgos negativos, pues este misterioso tesoro (llamado el oro de la sombra) también alberga aptitudes y talentos que no hemos llegado a desarrollar, porque  no eran bien vistos por nuestros padres o nuestra sociedad.

Según la analista Jungiana Liliane Frey-Rohn, "la sombra permanece conectada con las profundidades olvidadas del alma, con la vida y la vitalidad, ahí puede establecerse contacto con lo superior, lo creativo y lo universalmente humano".

¿Cómo recuperamos esa energía que teníamos de niños y que ahora está en nuestra sombra?....

La respuesta, en la próxima entrada que profundizaremos más al respecto!!!!.

Fuentes:

La conciencia sin Fronteras (Ken Wilber).
Encuentro con la Sombra (C. Zweig y J. Abrams)


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